sábado, diciembre 24, 2005


Verdadera acogida

Cuando el mundo se llena de música, luces, figuras, árboles, guirnaldas, campanas y una serie de otros implementos exteriores y superficiales en lo visual y auditivo.
La gente corre cada vez más presurosa y atropelladamente para alcanzar a comprar los objetos que quiere regalar.
Mientras todo eso acontece frenéticamente, nos alejamos del espíritu de la Navidad, de la venida del Señor, de la encarnación del Hijo que Dios, que es Dios entre nosotros.
Hace un par de días el Santo Padre nos recordaba la necesidad de cuidar en nuestra interioridad, el sentido sustantivo de esta venida, así lograremos darnos plena cuenta quién vino, a qué vino y por quienes lo hizo. En estos días de Adviento, la liturgia nos invita a contemplar de manera especial a la Virgen María y a san José, que vivieron con una intensidad única el tiempo de espera y de preparación para el nacimiento de Jesús.
“Hoy quiero dirigir la mirada a la figura de san José. En el evangelio, san Lucas presenta a la Virgen María como «desposada con un hombre llamado José, de la casa de David» (Lucas 1, 27). Sin embargo, el que más importancia da al padre adoptivo de Jesús es el evangelista Mateo, subrayando que gracias a él el Niño quedaba legalmente introducido en la descendencia de David, cumpliendo así las Escrituras, en las que el Mesías era profetizado como «hijo de David».
“ Pero el papel de José no puede reducirse a este aspecto legal. Es modelo del hombre «justo» (Mateo 1, 19), que en perfecta sintonía con su esposa acoge al Hijo de Dios hecho hombre y vela por su crecimiento humano. Por esto, en los días que preceden a la Navidad, es particularmente oportuno establecer una especie de diálogo espiritual con san José para que nos ayude a vivir en plenitud este gran misterio de la fe.” El silencio de san José no manifiesta un vacío interior, sino más bien la plenitud de fe que lleva en el corazón, y que guía cada uno de sus pensamientos y acciones. Un silencio por el que José, junto con María, custodia la Palabra de Dios, conocida a través de las sagradas Escrituras, cotejándola continuamente con los acontecimientos de la vida de Jesús; un silencio entretejido de oración constante, oración de bendición del Señor, de adoración de su santa voluntad y de confianza sin reservas en su providencia.
No es exagerado pensar que Jesús aprendiera --a nivel humano-- precisamente del «padre» José esa intensa interioridad, que es la condición de la auténtica justicia, la «justicia interior», que un día enseñará a sus discípulos. Benedicto XVI, termina exhortándonos: “ ¡Dejémonos contagiar por el silencio de san José! Nos hace tanta falta en un mundo con frecuencia demasiado ruidoso, que no favorece el recogimiento y la escucha de la voz de Dios. En este tiempo de preparación de la Navidad, cultivemos el recogimiento interior para acoger y custodiar a Jesús en nuestra vida.”

martes, diciembre 13, 2005


Nunca más

Hemos terminado un nuevo proceso eleccionario en Chile. Mirado desde una orilla resulta ejemplar, porque los chilenos dan muestra clara de orden, respeto y una paciencia que llega a límites insospechados.
No hay ninguna empresa acometida por el país, que ocupe tantos millones de horas hombre en un solo día. Se trata de un despliegue descomunal, arcaico y definitivamente anacrónico para el tercer milenio.
Cientos de miles de hombres y mujeres participan desde la madrugada hasta la noche como vocales de las mesas en donde se sufraga. Decenas de miles cuidan el orden, aseguran la llegada de los materiales, ayudan a desplazarse a los enfermos y ancianos.
Entonces tenemos un gasto humano descomunal, hecho para ratificar lo que eligieron con anterioridad unos cuantos dirigentes de la fauna política chilena. Pero no hay problema porque paga moya, como es habitual en los grandes esfuerzos ciudadanos.(Leer más)

sábado, diciembre 03, 2005


Desde mi orilla, siempre he sostenido que una de las libertades más conculcadas es la de libre opinión y la libertad de informarnos con la verdad. Las comunidades, partiendo por la familia, construyen verdades a medias, informan a medias y ocultan lo que finalmente los hará libres: la verdad.
Luego hay verdades oficiales a nivel de gobiernos, iglesias, y todo tipo de organizaciones sociales.
Cuba es uno de los territorios donde hace más de medio siglo no se puede comunicar otra verdad, ni dar otra información que la autorizada por el partido del dictador.
Nos alegramos por esta noticia, entonces, proporcionada por Reporteros sin Fronteras. jia2005
Liberado el periodista Mario Enrique Mayo Hernández 1er.12.2005 - El periodista cubano independiente Mario Enrique Mayo Hernández (foto) ha salido en libertad en Camagüey (Este), por razones de salud, el 1 de diciembre y tras pasar veintisiete meses encarcelado. Reporteros sin Fronteras se felicita de la decisión y espera que las autoridades cubanas den muestras de la misma clemencia con todos los periodistas encarcelados cuya inocencia, además del estado de salud, justifica la liberación.
En el interesante y siempre actualizado blog de Libardo Buitrago, encontré el comentario de un estudio que releva que la soledad tiene un componente genético. Como educador y preocupado de la condición humana, he tenido esa convicción basado fundamentalmente en la observación de casos .jia2005

El estudio revela que así como una persona puede llevar escrito en su ADN mayores chances de padecer sobrepeso, también podría tener grabada una tendencia al aislamiento. Hay distintos tipos de solitarios. No es lo mismo estar solo que sentirse solo. Y ahora hay una tercera opción: ¿Y si la soledad está en los genes? Desde hace un tiempo pareciera que todo está en los genes: la obesidad, la infidelidad. ¡Ahora la soledad! Un estudio realizado por las Universidades de Chicago y Libre de Amsterdam reveló que existe una predisposición genética a padecer esa sensación. Que al igual que uno puede llevar escrito en su ADN mayores chances de padecer sobrepeso o enfermedades cardiovasculares, también podría tener grabada una tendencia al aislamiento. La información sobre estos temas siempre suena a una especie de "determinismo biológico". Pareciera que uno finalmente les puede echar la culpa de todo a los genes. Que gracias a ellos se podrían justificar algunas conductas. Las investigaciones que llevaron a la conclusión de la tendencia genética hacia la soledad se hicieron sobre gemelos idénticos y no idénticos en Holanda. En ellos es más fácil discernir la influencia genética. La autora fue Dorret Boomsma, profesora de Psicología Biológica de la Universidad Libre de Amsterdam, experta en mellizos y herencia. Consultada sobre sus conclusiones, Dorret comentó "Es cierto que existe una predisposición o vulnerabilidad a padecer soledad por cuestiones genéticas. Pero también es cierto que si las condiciones ayudan a frenarla, entonces no logrará desarrollarse". En realidad, ni los genetistas pretenden encontrarles una explicación "hereditaria" a todas las características humanas, ni todas las conductas pueden estar predeterminadas por mandato de los genes. Lo dice, desde los Estados Unidos, uno de los principales investigadores de la Universidad de Chicago, John T. Cacioppo, que antes ya había demostrado que la soledad es mala para la salud porque afecta especialmente al corazón. "Tiene componentes hereditarios, así que no se puede decir que únicamente influye en ella lo ambiental. Pero hay que poner todo en un marco. Si una persona corre el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares a raíz de sus genes, eso no quiere decir que tendrá sí o sí dolencias cardíacas", explica Cacioppo. Es decir: sólo se puede afirmar que algunas personas "corren el riesgo" de sufrir soledad a pesar de que el medio ambiente y la forma en cómo piensan y tratan a otros juegan un importante papel para desarrollarla. Además, para hablar de este sentimiento no se puede estacionar sólo en el área de los genes."Es necesario distinguir entre soledad deseada —que permite un encuentro con uno mismo— y la que provoca angustia —cuando el estar solo se vive persecutoriamente como un signo de castigo, abandono o rechazo.