Con gran alegría y mucha esperanza hemos recibido la Carta del Comité Permanente del Episcopado Chileno. Todo nos hace pensar que con algo de lentitud; pero con claridad y energía, nuestra Iglesia va sacudiéndose del acomodo natural de los seres humanos y vamos iniciando nuevos caminos, con el horizonte del cual nunca debimos dejar de poner nuestra mirada: LA CENTRALIDAD DE JESUCRISTO. jia2012
La transcribo en la confianza que todos sabremos asumir los desafíos que dicha carta nos presenta.
I. INTRODUCCIÓN (*)
Motivos de esta Carta
Pastoral
“La fe cristiana no es sólo
una doctrina, una sabiduría, un conjunto de normas morales. La fe cristiana es
un encuentro real, una relación con Jesucristo. Transmitir la fe significa
crear en cada lugar y en cada tiempo las condiciones para que este encuentro
entre los hombres y Jesucristo se realice” (1).
En estas palabras se
encuentra la motivación fundamental de la presente Carta Pastoral que el Comité
Permanente del Episcopado, en comunión con los Obispos de la Conferencia
Episcopal de Chile, dirige a los fieles de la Iglesia Católica y a los hombres
y mujeres de buena voluntad.
Como pastores de la Iglesia
Católica nos dirigimos, en primer lugar a nuestros hermanos y hermanas en la
fe, para invitarles a reflexionar juntos sobre los actuales problemas de
nuestra Iglesia y sobre la ineludible misión que todos tenemos de anunciar a
Jesucristo en este momento de la historia de Chile (2). Este mensaje no es para
guardarlo entre nosotros. Debemos pedir perdón y al mismo tiempo, como Pedro,
quisiéramos decirle a nuestro país: “no tengo oro ni plata, pero lo que
tengo te lo doy: en el nombre de Jesucristo, levántate y camina” (3).
Para ser fieles al Evangelio
y a nuestra vocación cristiana y para manifestar la actualidad del mensaje de
Jesús, debemos, por una parte, trabajar en una profunda conversión de nosotros
mismos y de la Iglesia, que nos lleve a ser testigos de Jesucristo,
anunciándolo como “laverdad que no engaña” (Rom 5, 5) y aquel que “esclareceel
misterio del hombre” (Cfr. GS 22). Y por otra, escuchar el clamor de nuestro
pueblo expresado en los movimientos sociales, contribuyendo así a que se den
respuestas adecuadas a sus justas demandas.(Leer completa)