lunes, marzo 27, 2006

ESTA ES NUESTRA DEMOCRACIA

Hoy me encontré con una interesante columna en un diario de circulación nacional; como pensé que solamente yo creía que lo que vivimos en Chile es una "democracia dictatorial" y en este escrito veo que otros piensan lo mismo, me permito presentarles el escrito en cuestión. Ojalá empecemos a dejar de comulgar con ruedas de carreta, nos hará bien a todos y principalmente a Chile. jia 2006

Luego del innecesario y vergonzoso impasse que tomó lugar tras las designaciones de los nuevos Intendentes, salió a la luz una vez más uno de los temas que silenciosamente han ignorado los últimos tres gobiernos de la Concertación: el método antidemocrático por el cual los máximos líderes políticos regionales llegan a sus cargos. Estas designaciones son una burla para la ciudadanía, ya que coartan a ella del derecho a elegir a sus líderes, de ampliar los espacios de participación y de ser gobernados por líderes que gracias a la legitimización adquirida tras un triunfo electoral y la elaboración de plataformas electorales propias, actúen libres de muñequeos políticos y lejanos del paternalismo de una continuidad de gobierno que teme a la descentralización real.

"Figuras como los Intendentes deben ser llevados a sus cargos gracias a la voluntad de la gente y no a los planes centralistas de un diseño institucional arcaico, egoísta y poco representativo”.

La designación de intendentes es una costumbre que Chile acarrea desde los tiempos de la Colonia, y que gracias al heredado corazón centralista y fuerte sistema presidencialista se ha consolidado como una necesidad para que el Presidente(a) extienda su poder en las regiones. Sin embargo, y dada la gran necesidad de una descentralización política real y agresiva, en el corto plazo se debe entregar a la ciudadanía el derecho de elegir a sus intendentes y consejeros regionales (CORES), potenciar liderazgos locales y construir regiones con mayor autonomía e identidad propia.
La modernización del Estado, la globalización, y la eminente necesidad de aumentar la participación electoral en el país, son algunos de los factores que llaman a una descentralización política que entregue mayor autonomía a los territorios regionales. Cabe destacar que la palabra territorio deriva de raíces latinas terra y torium que significan la tierra que pertenece a alguien. En otras palabras, un concepto que entrelaza vínculos de poder, pertenencia, apropiación, participación y dominio entre un área geográfica especifica y el individuo. Es por esto que la administración regional debe ser legitimizada antes de ejercer poder, lograr una cercanía antes de generar espacios de participación más directa y redefinirse con identidad propia antes de liderar el territorio a enfrentar los desafíos locales y globales.
Pero volvamos al análisis del rol de los Intendentes. La mantención del orden público, el transporte, la educación, la cultura y los planes de descontaminación, entre otras materias, son políticas de directa competencia del Intendente. Estas políticas no pueden ser administradas desde la lejanía de los planes administrativos elaborados por el poder central, sino que deben ser administrados gracias a diseños de políticas públicas específicas para las necesidades de cada región, sus comunas y su gente.
La designación de Intendentes en nuestro país, y dadas las características anteriormente mencionadas, posesiona individuos que muchas veces poseen bajos conocimientos y visión sobre las necesidades de la región, que junto a un CORE muchas veces limitado de independencia de acción y representatividad, Gobernadores análogamente investidos y SEREMIs designados bajo similares características de cuoteo, transforman la administración regional en un aparato disfuncional que no esta acorde a las necesidades del Chile moderno y que reclama enérgicamente una reforma. No todos los gobiernos regionales caen en esta descripción, pero por muy capaces que estos lleguen a ser, el no ser elegidos directamente por el pueblo les resta enorme credibilidad y capacidad de acción.
Otro aspecto importante a considerar, es la oportunidad que el ampliar la democracia a niveles regionales genera para el nacimiento de liderazgos locales y partidos políticos regionales. Los partidos políticos en Chile y en el mundo se encuentran en una situación de crisis al estar perdiendo credibilidad y membresía gracias a la aparición de organizaciones que han sido capaces de fomentar la participación ciudadana por medio de canales alternativos y mas específicos que muchas veces logran captar realidades locales de manera mas efectiva y directa (Atina Chile, Expansiva, Blogs, etc). Sin embargo, los partidos políticos son fundamentales en el funcionamiento de toda democracia, y si a nivel nacional no han logrado descentralizarse, terminar con las oligarquías y las democracias internas (factores que generan el desencanto de la ciudadanía), el nacimiento de estos a nivel local emerge como la alternativa para mantenerlos a salvo y aumentar la participación por medio de ellos.
El marginar a los gobiernos locales y los habitantes de las regiones de la democracia es un paso pendiente hacia la modernización de Chile y la integración global. Si bien la elección directa de los lideres regionales como los Intendentes y los Consejeros son pasos fundamentales para alcanzar esta meta, estos deben ir acompañados de un paquete de reformas descentralizadoras como son la modificación en la ley de partidos, la entrega de mayor autonomía fiscal a los territorios, la generación de más oportunidades de participación cívica directa a sus habitantes, entre otras. Con ello también se deben considerar nuevos mecanismos de democracia directa para las regiones, como son nuevas tecnologías de participación, la toma de decisiones locales por medio de referéndums, la evaluación publica de los servicios y la elaboración pública de presupuestos específicos para cada territorio.
El gobierno de Bachelet debe asumir su compromiso de descentralizar Chile y debe demostrar que no teme a entregar mayor poder de decisión a los chilenos. Mientras el servicio público se profesionaliza terminando así con parte de los cuoteos, favores y premios de consuelo político, figuras como los intendentes deben ser llevados a sus cargos gracias a la voluntad de la gente y no a los planes centralistas de un diseño institucional arcaico, egoísta y poco representativo.

*Cientista Político University of Pórtland, EEUUEstudiante Master en Ciencia Política, California State University Long BeachInvestigador Visitante, Instituto de Iberoamérica y Portugal, Universidad de Salamancaeduardo@ooz.net

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