UN GRANDE DE VERDAD
Escribo ciertamente impresionado por la
infortunada determinación de Aaron Swartz, que teniendo 26 años, habiendo
contribuido tanto a las tecnologías de la comunicación vía internet, determinó
quitarse la vida. Es evidente que alguien como él pudo llegar a ser
el hombre más significativo de la comunicación informática del mundo, porque su
genialidad, que ya demostró con creces, estaba recién empezando a demostrarse.
Un amigo me preguntó : ¿cómo tienes
tanta cercanía, con un muchacho que parece tan distante de tus intereses?. La
verdad es que estamos más cerca que lo que muchos pueden imaginarse:
1.- Primero desde pequeño se jugó por aportar para los demás.
2.- Pudo ingresar al sistema y convertirse en un gran millonario de la
tecnología, pero él no era un comerciante, era un creador y un humanista
profundo.
3.- Era partidiario que el conocimiento, las artes, la ciencia y la
cultura en general, fueran para mejorar el mundo y no para comerciar.
4.- Aportaba ideas que ciertamente chocaban con el sistema y la
idolatrada propiedad intelectual que tanto defienden, las grandes editoriales,
la industria cinematográfica, la farmacéutica, la informática, y otras que
construyen grandes imperios en poco tiempo teniendo como base la especulación y
los sobreprecios. El sistema norteamericano y las personas que lo empujaron
deben responder por su falta de humanidad.
Es por ello que hoy, quiero llamar la
atención para que las ideas de Aaron se comenten, se recuerden y como
seguramente lo habría querido se pongan en práctica.
José Isert Arriagada
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