sábado, julio 29, 2006

COMENTARIO EN EL DIARIO LA NACION

La encuesta va al frente
De pronto, como por efecto de una vara mágica, ha desaparecido de la información el movimiento pacifista israelí.

Jaime Riera
Una de las señales más evidentes de que el conflicto medioriental que en estas semanas amplía el escenario al Líbano no es una simple escalada del antiguo enfrentamiento entre árabes e israelíes, la vemos en el modo en que el Gobierno de Israel está manipulando la información sobre la situación interna, y en cómo la prensa occidental está colaborando en ello. De pronto, como por efecto de una vara mágica, ha desaparecido de la información el movimiento pacifista israelí y toda aquella parte que se ha manifestado en innumerables ocasiones por una política de entendimiento con el pueblo y el Gobierno palestinos. Escritores, intelectuales y artistas, activistas en los movimientos sociales y miembros del Parlamento que en los últimos años han sido capaces de demostrar a sí mismos y al mundo que vivían en una sociedad democrática en la que era posible, aunque difícil, expresar el desacuerdo y la resistencia activa contra el exacerbado y agresivo nacionalismo antiárabe, se habrían quedado mudos, fascinados por esta ofensiva de bombardeos indiscriminados contra la población civil en Líbano.
Y al parecer una buena parte de la opinión pública occidental ha terminado por creerse la propaganda de guerra del Gobierno de Jerusalem, olvidando que todo Gobierno involucrado en una guerra se inventa un consenso interno total de cara al resto del mundo. El instrumento de propaganda está en esta época al alcance de la mano: las encuestas.
Todo el mundo cree en las encuestas, ¿por qué no va a tragarse estos sondeos según los cuales 95% (o 92%, o 98%, da igual) de los israelíes está como un solo hombre detrás de su Ejército que invade, bombardea, destruye y masacra a inocentes civiles libaneses? Sin embargo, una cosa es la propaganda de guerra bajo forma de encuestas oficiales y otra muy diferente es el consenso demostrado por la casi totalidad de los medios de comunicación europeos y norteamericanos, lo que es mucho más alarmante. Lo primero se puede explicar y promete pésimos augurios, lo segundo es francamente inaceptable.
Dicho consenso se manifiesta en dos formas: por un lado la complicidad con la difusión de sondeos que nadie puede certificar y, por otro, la sistemática censura de noticias que puedan desmentirlos. El diario romano “Il Manifesto” ha publicado a comienzos de esta semana un texto firmado por 40 directores de cine israelíes (o sea prácticamente todos), que expresa la solidaridad con el pueblo árabe y sus artistas en los momentos en que éstos se encuentran sometidos a la simultánea agresión criminal del Ejército de Israel en Transjordania, Gaza y Líbano. Esta noticia no ha provocado ningún eco en otros medios, los que tampoco han filtrado ni una línea sobre la intensa y arriesgada actividad de los israelíes que siguen oponiéndose a la guerra.
Se quiere hacer pasar la idea de que hoy, a diferencia del pasado, la inmensa mayoría de los ciudadanos de Israel -sean ellos judíos o árabes- comparten la política de agresión del Gobierno contra todo aquel que se oponga a las miras colonialistas del Estado israelí.
Es difícil, más bien imposible, creerlo. Pero el hecho de que se ponga en marcha este tipo de operación propagandística no hace esperar nada bueno de lo que se está preparando en esta zona del mundo con el rol activo de EEUU, y con Israel que se deja usar conciente o quizás incautamente en el tablero de ajedrez en el que se juega el futuro de la paz y de la guerra en torno a las fuentes de energía. Nadie ignora, en efecto, que detrás de la ofensiva israelí se mueven los pasos de una posible futura agresión estadounidense a Irán y en este juego de dominó el conflicto regional puede convertirse fácilmente en una amenaza global.

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